En julio de 2025, y sin previo aviso, las plataformas de videojuegos Steam e Itch.io comenzaron a retirar o desindexar miles de títulos con contenido adulto, alegando presiones de los principales procesadores de pago: Visa, Mastercard y Stripe. La medida se tomó en respuesta a una campaña liderada por la organización australiana Collective Shout, que denunció la presencia de juegos con temáticas como incesto, violencia sexual y pornografía en dichas plataformas. El grupo envió una carta abierta el 14 de julio instando a las empresas de pago a cortar vínculos con plataformas que alojaran este tipo de contenido.
Valve, la empresa detrás de Steam, actualizó sus políticas para alinearse explícitamente con los estándares de sus redes de pago, y explicó que la decisión se basó en la necesidad de mantener el acceso a métodos de pago, ya que perderlos pondría en riesgo la viabilidad de toda la plataforma.
itch.io, por su parte, desindexó todo el contenido NSFW de sus buscadores y páginas de navegación, además de implementar nuevos mecanismos de verificación para los desarrolladores.
Aunque ni Visa ni Mastercard han reconocido oficialmente haber exigido la retirada de los juegos, múltiples fuentes confirman que representantes de atención al cliente admitieron que “están al tanto de la situación y están tratando de encontrar una solución”. Visa emitió una declaración pública afirmando que “no hacen juicios morales sobre compras legales”, pero esta postura ha sido cuestionada por la comunidad gamer, que considera que las acciones tomadas constituyen censura por presión financiera.
Miles de jugadores han reaccionado inundando las líneas de atención de Visa y Mastercard y lanzando una petición en Change.org que superó las 147.000 firmas en menos de dos semanas. La controversia ha reabierto el debate sobre el poder de los procesadores de pago para influir en el contenido digital, especialmente en el ámbito indie, donde los desarrolladores dependen de estas plataformas para monetizar sus obras. La situación ha sido comparada con casos anteriores de censura impulsada por Collective Shout, como la retirada de Grand Theft Auto V en tiendas australianas, o la cancelación de giras musicales por contenido considerado ofensivo.