Microsoft ha anunciado una nueva versión de su navegador, ahora con un modo “Copilot” integrado, apenas dos días después de que OpenAI presentara Atlas, su propio navegador con asistente contextual. El lanzamiento marca una intensificación en la competencia por el control de la interfaz de acceso a la web, tradicionalmente dominada por motores de búsqueda y navegadores convencionales.
El nuevo modo Copilot incorpora capacidades generativas directamente en la navegación: análisis de páginas, redacción y resumen de contenido, ejecución de comandos sobre interfaces web y una capa de contexto persistente entre pestañas. Microsoft lo presenta como una evolución de la asistencia dentro del sistema operativo, en línea con su estrategia de integrar Copilot en Windows, Office y Azure.
La similitud con OpenAI Atlas es evidente: ambos productos buscan convertir el navegador en una extensión interactiva del asistente de IA, más que en una simple aplicación cliente. Sin embargo, la competencia no se da todavía en el mismo terreno.
Atlas se limita por ahora a macOS, donde aprovecha la integración nativa del sistema, mientras que el navegador con Copilot está diseñado para Windows y se apoya en su ecosistema corporativo. Así, más que una rivalidad directa de mercado, se trata de dos visiones enfrentadas sobre el futuro de la interacción con la web: OpenAI apuesta por un modelo de interpretación local y autonomía del usuario; Microsoft, por continuidad e integración total en su infraestructura en la nube.
El vacío en Linux y el potencial del software abierto
En este nuevo escenario, los usuarios de Linux quedan al margen. Ni Atlas ni Copilot Browser ofrecen soporte fuera de sus plataformas propietarias. Los navegadores disponibles en Linux —Firefox, Chromium, Brave o GNOME Web— aún no incorporan asistentes contextuales integrados, aunque existen experimentos en torno a extensiones o proyectos como LibreChat o Kagi Orion Beta.
Paradójicamente, Linux reúne las condiciones técnicas ideales para un navegador IA verdaderamente abierto: soporte para ejecución local, integración flexible con frameworks como Ollama, vLLM o LM Studio, y una comunidad orientada a la transparencia y control del usuario. Por ahora, la batalla de los navegadores inteligentes sigue confinada a ecosistemas cerrados, pero el espacio del software abierto podría ofrecer la alternativa más sostenible y soberana en la próxima generación de interfaces inteligentes.