Rusia activará el 1 de marzo de 2026 su desconexión total de internet global mediante la resolución 1667, aprobada en octubre de 2025. El plan convierte la red rusa en una intranet nacional controlada por Roskomnadzor (Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación), que trabajará junto al FSB (Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia) para gestionar todo el tráfico digital del país. La medida representa la culminación del proyecto RuNET, la internet soberana que Rusia desarrolla desde 2019. Las pruebas regionales ya han comenzado. En diciembre de 2024, Daguestán, Chechenia e Ingushetia estuvieron desconectadas 24 horas como ensayo general.
Ruptura técnica en tres niveles críticos
El aislamiento funcionará mediante tres cambios estructurales. Primero, Rusia implementará RuDNS, abandonando los servidores raíz de ICANN. Los resolvers externos como Google (8.8.8.8) o Cloudflare (1.1.1.1) quedarán bloqueados. Solo dominios en lista blanca gubernamental serán accesibles.
Segundo, los sistemas autónomos rusos rechazarán rutas BGP externas no autorizadas. Rusia controla 6.183 sistemas autónomos (6,87% del total mundial) y 45 millones de direcciones IP. Una infraestructura RPKI nacional desvinculada de los registros globales creará validaciones incompatibles.
Tercero, solo certificados TLS firmados por autoridades rusas serán válidos. Esto invalidará Let's Encrypt, DigiCert y otras CAs internacionales. Requiere instalación forzada de certificados raíz estatales, permitiendo inspección de todo el tráfico cifrado.
Colapso de sistemas operativos occidentales
Una implementación estricta de esta desconexión puede producir efectos en cascada. Los dispositivos con sistemas estadounidenses enfrentarán problemas graves. Windows perderá acceso a servidores de activación y Windows Update. Las claves BitLocker almacenadas en la nube serían inaccesibles, bloqueando usuarios fuera de discos cifrados.
Los dispositivos Apple quedan severamente limitados. Apple ID es obligatorio para la mayoría de funciones. Dispositivos nuevos no podrían activarse y el Activation Lock bloquearía permanentemente equipos de segunda mano. Sin App Store ni iCloud, iPhone y Mac pierden funcionalidad básica.
Android sufre similar deterioro. Google Play Services (notificaciones, autenticación, mapas) se vuelve inaccesible. Sin Play Store oficial, solo queda la instalación manual de APKs no verificadas, creando un vector masivo para malware.
Linux emerge como única alternativa viable al no requerir cuentas online y permitir repositorios locales. China opera con ecosistemas similares hace años, pero desarrollarlos requiere tiempo.
Servicios críticos afectados
El correo electrónico internacional necesitará relay estatal con inspección obligatoria. Las criptomonedas quedan inoperables: sin acceso a nodos blockchain globales, las transacciones no pueden propagarse. Rusia controla aproximadamente 16% del hashrate global de Bitcoin, pero un fork ruso sería inviable sin valor internacional.
El desarrollo de software se paraliza. GitHub, npm, PyPI y Docker Hub quedan inaccesibles. Actualizaciones de seguridad no llegarán. Los servicios cloud como AWS, Azure y Google Cloud se vuelven inoperativos, colapsando infraestructuras empresariales.
La autenticación OAuth ("Iniciar sesión con Google/Facebook") dejará de funcionar, volviendo inaccesibles millones de cuentas. Los dispositivos IoT no recibirán actualizaciones de firmware, acumulando vulnerabilidades indefinidamente.
Impacto bidireccional
El aislamiento funciona en ambas direcciones. Recursos rusos como servidores NTP para Europa Oriental, repositorios académicos en dominios .ru y mirrors de software libre quedarán inaccesibles desde el exterior. Operativamente, Rusia funcionará como una intranet nacional incompatible con internet global.
Precedente técnico peligroso
Roskomnadzor ha invertido 59.000 millones de rublos en modernizar su sistema de bloqueo, aumentando la capacidad a 725,6 Tbit/s para bloquear VPN con 96% de eficiencia. En 2024 bloqueó un récord de 417.000 sitios web.
La medida marca la fragmentación definitiva de internet. No es censura amplificada, sino destrucción sistemática de la interoperabilidad técnica. Establece un precedente para otros estados y erosiona el consenso que sostiene la red global.
ICANN rechazó en 2022 la petición ucraniana de desconectar a Rusia, argumentando que "internet es un sistema descentralizado" que "ningún actor puede controlar o apagar". La decisión rusa es unilateral y técnicamente más radical.
Marzo de 2026 podría marcar el fin de internet como red única universal y el nacimiento de internets nacionales mutuamente aisladas.